La autarquía de posguerra
En 1939, España era un país arruinado. Diezmada demográficamente, el hambre y la
extrema necesidad eran la realidad cotidiana de una gran parte de la población.
La solución que dio el régimen franquista a la penuria económica estuvo marcada por
el modelo creado en la Italia mussoliniana y consolidado en la Alemania de Hitler: la
autarquía, una política económica basada en la búsqueda de la autosuficiencia económica y la intervención del estado.
Se conoce como dictadura de Franco, régimen de Franco, dictadura franquista o
régimen franquista al periodo de la historia de España correspondiente con el ejercicio por
el general Francisco Franco Bahamonde, o «el Caudillo», de la jefatura del Estado y con el
desarrollo del franquismo; esto es, desde la Guerra Civil Española (1936-1939), hasta su
muerte y sucesión en 1975.Su amplia dimensión temporal y la marcada presencia del
propio Franco en toda ella hace que a menudo se utilice para designarla la expresión era de
Franco.

En los años 40 la dictadura militar se afianzó mediante la represión política y
económica de los opositores. Al final de la Guerra Civil Española, de acuerdo con los
cálculos del régimen, había más de 270 000 hombres y mujeres detenidos en las prisiones
del Estado y unas 500 000 huyeron al exilio .Una gran cantidad de los capturados fueron
devueltos a España o internados en campos de concentración nazis como enemigos sin
Estado. Entre seis y siete mil exiliados españoles murieron en el campo de concentración de
Mauthausen-Gusen. Otros acabaron en los más de 180 campos de concentración
franquistas. Se ha estimado que más de 200 000 españoles murieron en los primeros años
de la dictadura, en el periodo 1940-42, como resultado de la represión política, el hambre y
las enfermedades relacionadas con el conflicto. Según distintos informes coincidentes,
España es el segundo país del mundo en número de desaparecidos cuyos restos no han sido
recuperados ni identificados, tras Camboya.
Se mantuvo una política económica basada en la autarquía. Ésta fue provocada por la
derrota del Eje en la Segunda Guerra Mundial, durante la cual la dictadura franquista tuvo
una participación favorable a la Alemania nazi para la derrota de la Unión Soviética, que se
concretó mediante el envío de la División Azul, un cuerpo de voluntarios que sirvió en el
ejército alemán del frente Oriental durante dos años. Esta colaboración con las potencias
del Eje, pese a realizarse en el marco de una política oficial de no beligerancia, condujo al
aislamiento internacional tras la derrota de las mismas en 1945, promovido por los aliados
en el seno de la recién creada Organización de las Naciones Unidas.
Intervencionismo del Estado
El intervencionismo del Estado se extendió por gran parte de la economía nacional.
El Estado fijó los precios agrícolas y obligó a los campesinos a entregar los excedentes de
sus cosechas. Se creó el Instituto Nacional de Industria (INI) en 1941 para mejor controlar
la exangüe industria española y se estableció un rígido control del comercio exterior.
Un gran fracaso económico
Los años de la posguerra marcaron una tremenda
regresión en el terreno económico. El hundimiento de la producción agrícola e
industrial fue acompañado de una vuelta atrás histórica: el sector primario
volvió a superar el 50 por ciento de la renta nacional.
En un contexto de escasez e intervención
estatal, el mercado negro, el estraperlo, y la
corrupción generalizada (licencias importación y exportación,
suministros al Estado...) se apoderaron de la economía del país.
Esta situación se vio fuertemente agravada por
la coyuntura internacional. A la segunda guerra mundial, 1939-1945, le sucedió
un período de aislamiento por la condena internacional del régimen de Franco
como aliado del Eje.
En los años 50, en el marco de la Guerra Fría,
la posición geográfica de España y su dictadura militar se acabaron
convirtiendo en estratégicos para Estados Unidos y sus aliados europeos frente
a la Unión Soviética. La alianza de España con los Estados Unidos puso fin al
aislamiento internacional del régimen y favoreció una paulatina apertura de la
economía nacional, que seguía a unos niveles de desarrollo inferiores a los del
resto de economías de Europa occidental, que en la guerra mundial habían
sufrido desastres similares al de la Guerra Civil Española.