lunes, 8 de junio de 2015

Autarquía de la posguerra

La autarquía de posguerra

En 1939, España era un país arruinado. Diezmada demográficamente, el hambre y la extrema necesidad eran la realidad cotidiana de una gran parte de la población.

La solución que dio el régimen franquista a la penuria económica estuvo marcada por el modelo creado en la Italia mussoliniana y consolidado en la Alemania de Hitler: la autarquía, una política económica basada en la búsqueda de la autosuficiencia económica y la intervención del estado.

Se conoce como dictadura de Franco, régimen de Franco, dictadura franquista o régimen franquista al periodo de la historia de España correspondiente con el ejercicio por el general Francisco Franco Bahamonde, o «el Caudillo», de la jefatura del Estado y con el desarrollo del franquismo; esto es, desde la Guerra Civil Española (1936-1939), hasta su muerte y sucesión en 1975.Su amplia dimensión temporal y la marcada presencia del propio Franco en toda ella hace que a menudo se utilice para designarla la expresión era de Franco.

En los años 40 la dictadura militar se afianzó mediante la represión política y económica de los opositores. Al final de la Guerra Civil Española, de acuerdo con los cálculos del régimen, había más de 270 000 hombres y mujeres detenidos en las prisiones del Estado y unas 500 000 huyeron al exilio .Una gran cantidad de los capturados fueron devueltos a España o internados en campos de concentración nazis como enemigos sin Estado. Entre seis y siete mil exiliados españoles murieron en el campo de concentración de Mauthausen-Gusen. Otros acabaron en los más de 180 campos de concentración franquistas. Se ha estimado que más de 200 000 españoles murieron en los primeros años de la dictadura, en el periodo 1940-42, como resultado de la represión política, el hambre y las enfermedades relacionadas con el conflicto. Según distintos informes coincidentes, España es el segundo país del mundo en número de desaparecidos cuyos restos no han sido recuperados ni identificados, tras Camboya.

Se mantuvo una política económica basada en la autarquía. Ésta fue provocada por la derrota del Eje en la Segunda Guerra Mundial, durante la cual la dictadura franquista tuvo una participación favorable a la Alemania nazi para la derrota de la Unión Soviética, que se concretó mediante el envío de la División Azul, un cuerpo de voluntarios que sirvió en el ejército alemán del frente Oriental durante dos años. Esta colaboración con las potencias del Eje, pese a realizarse en el marco de una política oficial de no beligerancia, condujo al aislamiento internacional tras la derrota de las mismas en 1945, promovido por los aliados en el seno de la recién creada Organización de las Naciones Unidas.

Intervencionismo del Estado



El intervencionismo del Estado se extendió por gran parte de la economía nacional. El Estado fijó los precios agrícolas y obligó a los campesinos a entregar los excedentes de sus cosechas. Se creó el Instituto Nacional de Industria (INI) en 1941 para mejor controlar la exangüe industria española y se estableció un rígido control del comercio exterior.




Un gran fracaso económico

Los años de la posguerra marcaron una tremenda regresión en el terreno económico. El hundimiento de la producción agrícola e industrial fue acompañado de una vuelta atrás histórica: el sector primario volvió a superar el 50 por ciento de la renta nacional.

En un contexto de escasez e intervención estatal, el mercado negro, el estraperlo, y la  corrupción generalizada (licencias importación y exportación, suministros al Estado...) se apoderaron de la economía del país.

Esta situación se vio fuertemente agravada por la coyuntura internacional. A la segunda guerra mundial, 1939-1945, le sucedió un período de aislamiento por la condena internacional del régimen de Franco como aliado del Eje.

En los años 50, en el marco de la Guerra Fría, la posición geográfica de España y su dictadura militar se acabaron convirtiendo en estratégicos para Estados Unidos y sus aliados europeos frente a la Unión Soviética. La alianza de España con los Estados Unidos puso fin al aislamiento internacional del régimen y favoreció una paulatina apertura de la economía nacional, que seguía a unos niveles de desarrollo inferiores a los del resto de economías de Europa occidental, que en la guerra mundial habían sufrido desastres similares al de la Guerra Civil Española.

Diego Blanco 

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